La Mediación se considera un método de resolución de conflictos pacífico y dialogado que permite crear, a partir de un proceso y de unas técnicas que aplica un tercero imparcial sin poder de decisión (el mediador), un espacio óptimo de comunicación en el que las personas en conflicto (las partes) gestionan de forma adecuada sus diferencias, llegando por ellas mismas con la ayuda del mediador a los acuerdos que estiman oportunos.
La intervención de un tercero imparcial en la resolución de conflictos no es algo nuevo en estos tiempos, pues dicha figura ha existido a lo largo de la historia en las diferentes culturas y civilizaciones. Sin embargo, la Mediación, tal y como la conocemos hoy en día, como método de resolución de conflictos, tiene sus orígenes a finales de la década de los años sesenta en Estados Unidos, fruto de las reflexiones e inquietudes de los Jueces y Fiscales que formaban parte del movimiento de Resolución Alternativa de Conflictos, los cuales querían dar una respuesta no judicializada a los conflictos y así acelerar el funcionamiento de los Tribunales.
El método o Modelo de Mediación conocido hoy en día como Mediación Tradicional-Lineal o Mediación de Harvard nace en los años setenta y podemos decir que es una adaptación del método de negociación colaborativa creado en la Escuela de Negocios de Harvard por William Ury, Roger Fisher y Bruce Patton. Este Modelo de Mediación, el cual proviene del ámbito del Derecho, entiende el conflicto como una contraposición de opciones. Tiene como objetivo construir un acuerdo que satisfaga los intereses de las partes, a partir de un proceso lineal y estructurado en etapas, pero sin poner especial énfasis en la comunicación.
En la actualidad existen otros Modelos de Mediación entre los que destacan el Modelo Transformativo y el Modelo Circular-Narrativo, los cuales, junto al Modelo de Mediación de Harvard, son los llamados Modelos o Escuelas de Mediación Tradicionales.
El Modelo Transformativo nace en Estados Unidos en los años ochenta como consecuencia del excesivo control del proceso de mediación direccionado básicamente a la consecución del acuerdo. Está representado por Robert Bush, Joseph P. Folger y J. Paul Lederach y proviene del ámbito de la Sociología. Entiende el conflicto como un hecho inherente al ser humano y como motor de cambio. Tiene como objetivo transformar las relaciones, independientemente de si se alcanza o no un acuerdo, a partir de un proceso estructurado, pero adaptable a las necesidades de las partes.
El nacimiento del Modelo Circular-Narrativo tiene lugar en Argentina en la década de los noventa y se atribuye a Sara Cobb, si bien otras representantes del mismo son Marinés Suares y Miriam Markus. Este método proviene de la Psicología y entiende el conflicto como un proceso mental y al individuo como parte del sistema. Tiene como objetivo tanto modificar las relaciones como obtener un acuerdo a partir de un proceso estructurado, pero orientado a la modificación de las pautas comunicativas.
Aunque cada Modelo o Escuela tiene su método y sus características propias de gestión del conflicto, y si bien es cierto que el poner en práctica una Escuela u otra al mediar dependerá de factores muy diversos tales como la formación del mediador o la temática del conflicto, cabe destacar que el proceso de Mediación está presente en cualquier método de mediación y está compuesto por unas fases secuenciales bien diferenciadas.
La primera fase del proceso de mediación es conocida como la pre-mediación. Es el primer contacto del mediador con las partes por separado, ya sea presencial o telefónico. Es el momento del desahogo emocional, ya que las partes explican al mediador lo ocurrido y, a su vez, el mediador explica en qué consiste la Mediación y su proceso. Posteriormente, una vez realizada la evaluación de mediabilidad del proceso, del propio mediador y de las partes, el mediador procede a planificar el desarrollo del proceso de mediación con las partes.
La siguiente fase ya es el inicio del proceso de mediación. Es el momento de la presentación del mediador y del proceso a las partes de forma conjunta. Este encuadre se realiza a través del llamado discurso de apertura del mediador con el que el mediador explica a las partes los principios de la Mediación, las reglas del procedimiento y su estructura, los honorarios y la documentación de la que se van a valer. Esta fase finaliza con la firma de todos los presentes del acta de inicio y de aceptación de la Mediación con la que se da por iniciado el procedimiento.
Acto seguido comienzan las partes a narrar sus perspectivas. En esta fase, como su nombre indica, cada parte procede a explicar al mediador delante de la otra parte su visión del conflicto y, a su vez, ambas partes se escuchan mutuamente. En estos momentos el mediador practica técnicas como la escucha activa, el parafraseo, las preguntas y los resúmenes, a fin de aclarar lo sucedido. Al finalizar esta fase el mediador puede valorar la necesidad de realizar sesiones privadas con las partes por separado a fin de profundizar más en el contenido del conflicto preservando la confidencialidad de lo que surge en las mismas.
Una vez que el mediador ha identificado los intereses de las partes, procede a dividir y estructurar el conflicto de acuerdo a estos intereses elaborando una agenda de temas, la cual se expone en un lugar visible para que las partes la puedan visualizar y se familiaricen con los temas a tratar, pasando de la confrontación a la cooperación.
La siguiente fase es la de las opciones. Se trata de que las partes aporten ideas de solución a aquellos temas que les preocupan y sobre los que tienen que negociar. Es el momento de máxima creatividad, en el que lo importante es aportar ideas sin restricciones, delegando para un momento posterior su idoneidad.
Después pasamos a la fase del pre-acuerdo. En este momento las partes evalúan los pros y los contras de sus opciones, las dificultades para llevarlas a cabo y si las mismas contemplan los intereses de cada una de ellas. Las opciones que finalmente seleccionan las partes son llamadas propuestas de acuerdo.
La fase de acuerdo es la última fase del proceso de mediación. En esta fase, si las partes finalmente llegan a acuerdos, el mediador incorpora a un documento las propuestas que previamente han sido seleccionadas y se da por concluido el proceso con acuerdo, firmando el mediador y las partes el acta final de la mediación. En el caso de no llegar a un acuerdo se hará constar esto último por escrito en el acta final, existiendo la posibilidad de retomar el proceso en el punto donde quedó estancado, en ese momento o en otro, si es la voluntad de las partes.
Así pues, hoy en día, entendemos la Mediación como un método y un proceso de resolución de conflictos. Un método que se ha perfeccionado a lo largo del tiempo con los diferentes Modelos o Escuelas de Mediación, con un proceso propio y a la vez adaptable a las necesidades de las partes, pues aunque este proceso tiene unas fases que comparten los distintos Modelos de Mediación, cada Mediación es única e irrepetible.
María del Carmen García Jiménez
Mediadora Profesional