Mi Mamá es Mediadora

 
 

E: Mamá, ¿a dónde vas hoy?

 

M: Voy al despacho, tengo una mediación.

 

E: Una mediación…Y, ¿por qué haces mediaciones?

 

M: Porque yo soy mediadora, esta es mi profesión. Me gusta ayudar a las personas que no se entienden a ponerse de acuerdo, a comunicarse, a respetarse, a dialogar, a recuperar la confianza, a encontrar soluciones a sus conflictos. La mediación es una forma de acompañamiento y de unión, donde cada cual escoge el nivel de unión que quiere experimentar.

 

E: Y, ¿eso dura mucho?, me refiero a la mediación.

 

M: Pues, depende de cada mediación. A veces basta con un solo día, pero otras veces la mediación puede durar varias semanas. Hay que darles tiempo a los mediados para que ordenen sus ideas y tomen consciencia de su situación. Cada cual necesita su tiempo y el mediador ha de ser capaz de captar ese tiempo.

 

E: Ya veo, ayudas a las personas a que se entiendan y para eso es necesario ser ordenado, y se necesita tiempo…

 

M: Así es, se necesita orden, tiempo y voluntad… voluntad de cambio y voluntad de entendimiento, sin esto último no hay nada que hacer. El mediador es un catalizador de cambios

 

E: ¿Un cata…qué?

 

M: Un catalizador de cambios. Es decir que el mediador detecta aquellos temas que preocupan a las personas, los ordena, les hace reflexionar sobre los mismos y tomar consciencia y, a partir de ahí, la situación cambia, ya sea con un cambio de actitud o con nuevas opciones de solución a los problemas que buscan los mismos mediados.

 

E: Pero, mamá, tú antes eras abogada, y también ayudabas a las personas cuando tenían problemas…

 

M: Sí, pero de otra manera… Antes informaba a los clientes de sus derechos y obligaciones, los defendía ante los Tribunales, los acompañaba a determinados organismos públicos y oficiales, negociaba indemnizaciones… sin embargo, mediar es otra cosa.

 

El mediador puede proceder de profesiones diversas tales como la abogacía, la psicología, el trabajo social, la educación social... y, aunque la mediación puede nutrirse de todas estas profesiones, nada tiene que ver con todas ellas, pues se trata de una profesión diferente e independiente.

 

Mediar implica actuar en calidad de tercero imparcial y neutral. El mediador no juzga, ni toma decisiones, sino que ayuda a las partes a tratar sus conflictos desde la voluntariedad, la responsabilidad y la confidencialidad.

 

E: Y, todo esto de ser imparcial y neutral, ¿qué significa?

 

M: Ser imparcial significa que como mediador no puedes tomar partido por ninguna de las partes. Esta cualidad del mediador es la esencia de la mediación, y para ello es muy importante desarrollar la empatía. De lo que se trata es de ser capaz no sólo de ver la vida desde diferentes ángulos, sino de comprenderla. Cuando existe comprensión ya no te posicionas, ni juzgas, sólo escuchas y aceptas. Aceptar no significa que estés de acuerdo con todo lo que las personas explican, sólo aceptas.

 

Ser neutral está vinculado a ser imparcial y consiste en no influenciar a las personas en la toma de decisiones o en mencionar temas que ellos no han propuesto. Es muy importante ser respetuoso con las decisiones de los demás, de lo contrario estaríamos actuando más como árbitros o asesores que como mediadores.

 

E: Entonces, mamá, si no te pones a favor de nadie, ni juzgas, ni tomas decisiones, ¿qué es lo que haces como mediadora?

 

M: Las funciones de la persona mediadora se adaptan a las fases del proceso de mediación y van evolucionando. El mediador explica y dirige el proceso de mediación; escucha y pregunta a las partes sobre los hechos y sus intereses; ayuda a las partes a comunicarse, a empoderarse y a reconocerse mutuamente; ayuda a identificar asuntos y a encontrar puntos en común; fomenta el desarrollo de ideas y de opciones creativas; ayuda a evaluar y a reducir el número de opciones; y, por último, si se llega a un acuerdo, el mediador redacta el pacto de mediación.

 

E: Y, ¿eso es difícil?

 

M: Bueno, supongo que, como todo en la vida, es una cuestión de formación y entrenamiento constante. Un profesor me dijo una vez que mediar es como hablar con un amigo. A pesar de que existe un proceso estructurado en etapas, la mediación ha de ser algo muy natural, un intercambio de información, tanto verbal como no verbal, de los mediados y del propio mediador, donde el mediador, si escucha con atención y cariño se da cuenta de qué es aquello que preocupa a las partes. Y, a pesar de las hipótesis que puedas ir haciéndote como mediador en el transcurso de la mediación, las preguntas que el mediador va realizando a los mediados no han de estar planificadas de antemano, pues las mismas, cuando la comunicación fluye, van surgiendo en la cabeza del mediador de forma espontánea a medida que escucha a las partes.

 

E: Y a ti, ¿qué te gusta más, ser abogada o mediadora?

 

M: ¡Ja, ja, ja!, ¿esta es una pregunta trampa o me lo parece a mí?

 

Me gustan ambas profesiones, sin embargo, en estos momentos me siento más cómoda y más identificada personalmente actuando como mediadora. La vida me ha llevado a experimentar situaciones personales y laborales con las que he evolucionado como persona y como profesional. Y para mí, la mediación no deja de ser eso: una evolución a la que he llegado después de transitar un camino.

 

E: Pero mamá, tú antes ya negociabas, por lo tanto, no sé a qué te refieres exactamente…

 

M: Negociar no es lo mismo que mediar. Aunque en una parte del proceso de mediación es preciso hacer uso de la negociación, y es preciso saber negociar de forma colaborativa, la mediación es mucho más que negociar. Podemos decir que la mediación nació o surgió de la negociación, pero ha ido más allá, desarrollando modelos de comunicación, técnicas y estilos.

 

E: Vale, ahora te entiendo cuando dices que la mediación es una cuestión de evolución…

 

M: De evolución y de convicción personal.

 

E: Ya veo…

 

Mamá, me parece muy interesante todo lo que me cuentas, pero yo sigo queriendo ser profesora.

 

M: Claro hija, tú puedes ser lo que tú quieras…siempre que te haga feliz.

 
 
María del Carmen García Jiménez
Mediadora Profesional